miércoles, 12 de diciembre de 2012

Algo que muy pocos saben de mi vida.


Les contare una parte de mi vida, que realmente me a ha marcado, para ser el Alexander que ahora soy.

Creo que muchos ya me conocen, quizá otros no, pero bueno…

Esta historia refleja mi dura experiencia con la muerte, que quizá suene feo, pero igual, fue lo mejor y lo peor que me ha pasado en la vida…Yo tenía 17 años,  por allá del 2011, recuerdo bien, llevaba más de 3 meses de ya no andar con Paulina, terminar con mi novia me afecto realmente, ese momento en el que te vale todo, llega el momento en el que piensas rajarte las venas, lo admito nunca tuve el valor, me refugie en el alcohol, cigarros y parrandas.  Meses atrás tuve un accidente en moto, quedando en coma más de una semana. Imaginen el dolor que sentía, forzaba mi cuerpo para ir de fiesta, me desvelaba cuando mi cuerpo me pedía un brake. 

Mi cuerpo se sentía cansado, me empezó a sangrar la nariz más de 3 veces al día, llegando a ser una gran hemorragia  al perder sangre mi cuerpo se debilitaba más... 

Llego el momento en el que mi cuerpo no aguanto, me veía enfermo, demacrado, mi madre asustada, tomo la decisión de llevarme al hospital. Para ser precisos, era a fines de ayo. Fui con mi médico particular, me receto vitamina K, no resulto, se complicó, y un jueves me internaron, más bien, el hospital consideró prudente detenerme para estar en observación, y seguir un tratamiento, que según ellos, mejoraría en unos días, a lo mucho, una semana.



La verdad, la primera vez que entre a piso, sentía como algo negativo recorría mis venas, y no era el virus de los zombies precisamente, por intuición sabía que esto pintaba para mal, y que existía la posibilidad de que yo estaría en peligro de muerte, más tarde ya estaría pasando.

Pasaban los días, al principio respondí bien al tratamiento, ir a radioterapia por más de 4 ó 5 días a la semana, durante más de 2 meses solo para caer en la cuenta de que no pasaría ni media semana para empeorar, y más tarde, ya había perdido tanta fuerza en mi cuerpo, que me era imposible desconectar la manguerirri del oxígeno a la mascarilla, para todo hombre, es lo más feo que le puede pasar y ese día, por supuesto, rompí en llanto que no controlaría hasta unas horas más tarde…

Sentía como mi mundo se derrumbaba frente a mis ojos, y yo sin poder salir de ese puto infierno, en el que literalmente, no te dejan hacer nada… 

Fue en ese momento, en el que mi conciencia despertó de un largo descanso.
Antes de eso, era un chico problemático, me valía madre la escuela, echaba relajo, por situaciones de bulling me veía envuelto en peleas muy seguido, aparte de tener una segunda vida con mi familia, que no estaba muy de acuerdo en que fantaseara demasiado con llegar a formar todo una vida a lado de mi novia, ya saben soñar con casarme, tener hijos, se molestaban con que me conformara con un trabajo que según llaman “normal”, con un salario seguro, que va…

Yo siempre he sido de la idea en que yo, por lo menos, no me visualizo trabajando por 30 años en una oficina, soportando a un jefe malhumorado, que tarde o temprano se enoje conmigo  por capricho, y que al final del día, luches por una jubilación, que hoy en día, es casi inexistente… Bueno, la verdad el trabajo no es muy importante para mi, mi familia tiene dinero.
Gracias al carácter de mi mama, ella me trajo a vivir al D.F. cuando tenía 5 años, mi madre es inglesa y padre mexicano, yo tengo ambas nacionalidades, tengo una hermana gemela. 
Pero bueno, mis padres me internaron el hospital Ángeles del Pedregal.

En ese momento, yo no sabía si iba a vivir, me iba a morir, no sé, lo único que quería hacer era salir de ese hospital, ir a casa de Paulina, decirle cuanto la amaba, pero me puse a pensar.

Yo visualizaba ya como había sido mi vida, ¡Qué carajo!, aparte de esto, ¿Iba a ser peor?... Ya había decepcionado a mi familia por pendejadas, en un principio, quizá por falta de comunicación, yo me sentía más forever alone que nunca, sin un amigo que me abrazara y me dijera, no te preocupes, todo va a ir bien…


Me llegue a plantear, si me muero, qué más da, Paulina no se enterara, ni siquiera sé si aun me ame como yo la amo, no creo que sufra. Sufrirá mi familia un poco, pero ya no hay nada más…

Quizá, fue lo más estúpido que pude haber pensado en toda mi puta vida, lo digo textualmente, ya he sobrevivido a 4 operaciones, un estado en coma, el simple hecho de ir contra el pronóstico de nacer ochomesino con una gemela, yo el menor por 3 minutos, era mucho, ¿Y me daría por vencido frente a mi viejo rival, la muerte? 

Les compartiré una cita de Un ídolo, ejemplo de vida para mí, me refiero a Steve Jobs, (el que creo el iPod, las Mac, iPhone, etc…) así va…
“Recordar que voy a morir pronto es la herramienta más importante que haya encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones de mi vida, Porque prácticamente todo, las expectativas de los demás, el orgullo, el miedo al ridículo o al fracaso se desvanece frente a la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante.” “Recordar que vas a morir es la mejor forma que conozco de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder. Ya estás desnudo. No hay razón para no seguir tu corazón.”
Y en verdad tiene razón, yo en el hospital, cuanto añoraba a salir, y gritar y abrazar a todo mundo, para celebrar un minuto más de vida que hoy en día, es muy poco valorado…

Le eche ganas a mi tratamiento, y  17 semanas después (las más largas que he tenido hasta ahora) Salí muy bien librado, con un peso de ¡¡43 kilos!! (Yo siempre he estado medio chubby y cacheton).

No era muy pesado, mucho menos tan gordo, se notaba cabronamente que baje demasiado de peso. Me dieron de alta oficial, todavía tengo que seguir con las radioterapias, pero salir del hospital, y que me dijeran que le iba ganando a la leucemia, fue la mejor noticia que pude escuchar en ese tiempo.

Una vez fuera, seguí reflexionando, y de ahí en adelante, todo ha fluido muy bien en mi vida, algunos fantasmas del pasado me persiguen, pero son ya muchos dogmas de la vida que he roto, como para dejar que eso vuelva a deprimirme…
  

Con esto, les quiero decir una cosa, que si me escucharan algunos de sus papas, seguro me linchan, pero eso a mí me vale, así que se los comparto…
Muchos papas nos creen incapaces de hacer cosas, muchas ocasiones nos ponen barreras para evitar que lleguemos a nuestras metas, pero analícense, y díganse a sí mismos, en verdad, ¿Alguna enfermedad o mis padres pueden controlar mi vida?.

Muchos tenemos miedo al que dirá a gente, sobre todo los papas, que voy a hacer con mi hijo, saca buenas calificaciones, pero con esa mentalidad no llegara a nada.

Las mejores ideas vienen de la misma imaginación y fantasía, la vergüenza y el fracaso, el que dirán y la estética, es algo que la muerte no considerara a la hora que toque tu puerta…

La muerte es como el espejo, te observa físicamente, pero igualmente conoce tus defectos y virtudes más que nadie, a veces tarde, a veces se adelanta, pero la muerte siempre llega…

Les pregunto, ¿qué harías tú si te dijeran que solo me queda un mes de vida?.
Mas rudo todavía! ¿Qué harías en tu última semana de vida?...

No es necesario llegar hasta esos extremos, que lo más seguro es que en tu última semana de vida, te la pases encarcelado en la cama de un hospital…

No esperen a que les pase lo mismo que a mí, reflexiónenlo, compártanlo si quieren, y como mensaje final, les digo: hagan todo aquello que les llene, atrévanse a conocer nuevas cosas, adquirir nuevas experiencias, te hace más valioso como persona ;)

“El qué dirán, es banal,
lo que te llena es lo vital,
déjaselo de tarea a la sociedad,
Pero déjatelo como estilo de vida en lo personal”

Muchas gracias! :D


Kevin Lux Alexander Reyes Streferich.

Like ·  · Share

No hay comentarios:

Publicar un comentario